lunes, 7 de noviembre de 2016

Shanghai

Ya tenemos nuestros visados (126,55 € una pasada), vuelos, hotel y estamos listos para salir hacia Shanghai, la ciudad más poblada de China con algo más de 24 millones de habitantes.
Una de las ciudades más modernas e interesantes del mundo y la única que cuenta con un tren de levitación magnética conocido como Maglev, es capaz de alcanzar los 431 kms/h. en un abrir y cerrar de ojos.
Shanghai se ha convertido en un gigante financiero, industrial, turístico, que mezcla perfectamente los grandes rascacielos con sus casas tradicionales y coloniales.
Dividida por el río Huangpu, a un lado se encuentra el Bund con edificios que constituyen un legado del primer distrito comercial de la ciudad y en la orilla opuesta el Pudong, una ciudad moderna gracias al inconfundible skyline que forman sus enormes rascacielos y una de las imágenes más representativas de la ciudad.
Bueno, pues una vez descrito un poco y muy por encima esta ciudad, nos vamos mi buen amigo Jesús y yo a pasar 7 intensos y completos días por esta ciudad.

Viernes 28, sábado 29 de Octubre, a las 13 horas salimos hacia Shanghai en vuelo directo de Iberia. A las 7,30 de la mañana y después de 12,40 horas de vuelo tomamos tierra en China.
Pasamos controles aduaneros muy rápidos, son muy ágiles, cambiamos 50 euros en Yuanes para empezar a funcionar y nos vamos a coger el metro (linea 2) que directamente nos lleva hasta nuestra parada en  East Nanjing Road situado a unos 150 metros de nuestro hotel, el Shanghai Fish Inn East Nanjing (569 Yuan hab.doble). Situación muy buena, habitaciones muy correctas, muy limpias y con todos los servicios. Totalmente recomendable.
Para las 10,30 horas ya estamos instalados, como estamos bastante cansados y nos queda todo el día por delante, decidimos echarnos unas horas a dormir. A las 3 de la tarde nos levantamos y empezamos a tomar un primer contacto con esta gigantesca ciudad.
Desde nuestro lado del río Huangpu (El Bund) tenemos unas vistas espectaculares sobre el más que espectacular Skyline que se encuentra justo enfrente, en el denominado distrito financiero de Pudong.

Nos damos una buena caminata a lo largo del paseo que circunda una buena parte del río. La tarde/noche se va echando encima, los edificios se empiezan a iluminar (de 18 a 22 horas) y la imagen se convierte en una maravilla, cuanto más lo miras, más te gusta. En cierto modo me recuerda bastante al Skyline de la ciudad de Singapur.

Nos vamos a cenar a uno de los mil restaurantes que nos rodean y de paso a empezar a familiarizarnos con los palillos, aquí los tenedores y cuchillos no los conocen. Cenamos muy bien, aunque no me preguntes el que, no hay manera de entender lo que pone en las cartas. Aquí las decisiones se toman por las fotos de las cartas o por lo que puedas ver comer al vecino de mesa ¡jajaja!. Pero tengo que decir que siempre acertamos y que la comida estaba deliciosa.
A eso de las 22 horas regresamos al hotel, estamos muy cansados del largo viaje y ahora toca reponer fuerzas para mañana domingo.

Domingo 30, nos pilla el sueño y nos levantamos a las 10,30 de la mañana, vaya dormida que nos hemos dado. Salimos a la calle, nos compramos algo para desayunar, miramos los carteles indicadores y como lo vemos tan claro nos dirigimos directamente allí donde pone 450, es lo único que entendemos y os aseguro que fue una buena decisión ¡jeje!

Entramos en Nanjing Road ( la calle más comercial de China, 5 kms de longitud), decenas de tiendas de lujo a ambos lados de la calle, lujosos centros comerciales y grandes hoteles de precios desorbitados dominan esta calle. Nosotros sólo podíamos mirar y deleitarnos con lo que veíamos ya que nuestra economía no nos permitía ni acercarnos a la puerta.
A nuestro paso por el hotel Radisson cambiamos dinero en los cajeros que hay habilitados para ello, además no cobran comisión.
Continuamos hasta People's Square donde visitamos el Shanghai Grand Theatre.

En la misma plaza y frente al Teatro se encuentra el Museo de Arte Contemporáneo de Shanghai. Comemos en un Sushi japonés y continuamos hasta El Bund.

Cruzamos el Puente Waibaidu sobre el Río Suzhou, el puente de acero más elegante e imponente de Shanghai para visitar Hóngkou, antigua colonia americana y más tarde distrito japonés, actualmente es un barrio obrero cuyos habitantes proceden de provincias cercanas.
Aquí es donde se encuentra el mercado de ropa y calzado más grande de toda la ciudad, lo que denominan el Mercado de las Gangas.
Cenamos bastante bien, ternera picada con pimientos y una cerveza Tsingtao que estaba muy rica y nos vamos a pasear un poco.

Hacemos una visita al lujosísimo y carísimo Centro Comercial New World Dawan en Nanjing Rd donde por primera vez veo escaleras mecánicas en espiral.
Como curiosidad, una sartén tenía el módico precio de 400 €, para ponerte a llorar y que luego pongas un huevo frito y se te pegue....
De aquí al hotel y a dormir que por hoy ya vale.

Lunes 31, ha estado toda la noche lloviendo, nosotros salimos sobre las 10 y aunque está muy nublado ya no cae ni gota. Volvemos primero a Hóngkou ya que ayer se nos hizo de noche y no pudimos verlo muy bien.
Nos dirigimos hasta un bloque de apartamentos "art déco" de 1932 que destacan por sus grandes ventanales en forma de arco.

Cambiamos de distrito y nos acercamos hasta Xintiandi, un lujoso complejo de ocio y de cultura inspirado en las casas tradicionales Shikumen de los lòngtáng donde disfrutamos en el Parque Fuxing de practicantes de taichí, jugadores de cartas, de ajedrez, músicos ambulantes y muchas parejas bailando.
En este país creo que eso del "stress y las depresiones" no existen.
Nos acercamos hasta el Sitio del I Congreso Nacional del PCCh (Partido Comunista de China), uno de los santuarios políticos más sagrados del país. En ella se fundo el 23 de julio de 1921 el PCCh. La entrada es gratuita, nosotros no pudimos entrar ya que era lunes y este día se cierra al público.

Llegamos al Mercado  de flores, pájaros, peces e insectos. El Xizang Lu Bird Market, rebosa de pájaros, gatos, conejos, ratones, gusanos, grillos y muchos más insectos. Por ejemplo, los grillos están guardados en jaulas individuales y alimentados con el fin de entrenarlos para el combate. Tuvimos la ocasión de ver varias peleas de grillos en la calle y como se hacán fuertes apuestas de dinero. Igual que con las peleas de gallos, el combate dura hasta que un grillo mata a su contrario.
De camino a casa vemos el Templo de Bayun ya casi a oscuras y continuamos hasta el hotel. Cena, paseo, compra de unos magnets y a dormir.

Martes 1 de Noviembre, el día amanece bastante soleado y promete ser muy agradable. De camino a nuestro primer destino, pasamos por The Bund, emblema de Shanghai con sus elegantes y clásicos edificios como el Banco de Desarrollo de Pudong y la Aduana de Shanghai construida en 1927.

Una fotillo con el skyline  y seguimos caminando.

Llegamos a los Jardines y bazar de Yuyuan, importante complejo comercial turístico donde pueden verse edificaciones de estilo arquitectónico de las dinastías Ming y Qing. El bazar es un auténtico laberinto de puestos de recuerdos, de comida, de falsificaciones de todo tipo, en fin, una auténtica locura que en poco tiempo llega a agotarte.
Aprovechamos para visitar The City Temple of Shanghai (10 Y) vale la pena su visita.

El barrio antiguo es un lugar fascinante para pasear, sobre todo porque es uno de los pocos lugares que quedan de vida tradicional. Estrechos callejones, ropa tendida por todos los cables, timbres de bicicletas sonando continuamente, un reducto que poco tiene que ver con el resto de la ciudad.

Jardines de Yuyuan, uno de los principales puntos de interés de Shanghai y uno de los mas bellos y famosos de toda China.

Caminamos hasta el cruce de las calles Fuxing Rd con Zhongshan donde se encuentra el embarcadero de ferrys que cruzan continuamente el rio (2 Y por trayecto) con el fin de subir al mayor coloso de China y segunda del mundo, la Shanghai Tower.

La Shanghai Tower se eleva 632 metros con 128 pisos. Nosotros subimos al mirador que se encuentra en el piso 119 a 552 metros de altura, actualmente el mirador más alto del mundo. Ni que decir tiene que las vistas panorámicas desde estas alturas son espectaculares.
El precio de subir es de 160 Y.

Volvemos a cruzar el río ya de vuelta, paramos en Yuyuan a cenar, son las 18,30 y todavía no hemos comido, hemos estado tan liados que ni tiempo hemos tenido. Lo hacemos a base de unos pinchos morunos de carne de pato y otros de una especie de calamares o pulpitos pequeños, un par de cervezas y ya con el estómago lleno llegamos al hotel. Un descanso, otro paseo por los alrededores y a dormir, hoy ha sido un día en el que hemos pateado un montón y estamos un poco cansados.

Miércoles 2, para las 9 ya estamos en marcha con dirección nuevamente a Yuyuan donde vamos a negociar una tablet que vimos ayer para Jesús.
A nuestro paso por The Bund tenemos el Peace Hotel y el Banco de China. Llegamos a Yuyuan, cerramos el precio y quedamos en volver a la tarde a recogerla.

Cruzamos nuevamente el río y nos vamos caminando hasta la que fue en 2010 la Expo de Shanghai. En unas 2 horas estamos allí, calculo que hicimos unos 10 kms, pero el día lo merecía, el sol era radiante y apetecía caminar.

Visitamos el  China Art Palace, otrora Pabellón Nacional de China. Aquí se exhiben entre otros tesoros artísticos que demuestran el origen y el desarrollo del arte contemporáneo de China.

Aquí, una pequeña muestra de lo que puedes ver en este museo. A destacar el hermoso piano que se encuentra en el hall, una auténtica obra de arte.

Otra visita es al Mercedes Benz Arena. El estadio fue sede de la Exposición Universal de Shanghai 2010 cuando era conocido como Shanghai World Expo Cultural Center.
Pabellón con forma de platillo volante dispone una gran pista con capacidad para 18.000 personas, en su parte inferior una pista de hielo y cines y restaurantes en su parte superior. Un balcón que da la vuelta a todo el edificio te permite disfrutar de las bonitas vistas 360º de lo que queda de dicha Expo.

Sobre las 3 de la tarde nos despedimos de la Expo y de sus ositos pandas. Cogemos el metro que hay en la misma puerta de entrada y nos vamos directamente hasta el centro donde comemos.
Por la tarde volvemos a Yuyuan, recogemos la tablet y nos regresamos al hotel caminando. Cena, paseo por el río y cama.

Jueves 3, a las 9 de la mañana ya estamos en el metro, pillamos la línea 2 hasta Hongqiao Railway Station, estación de la que parten todos los trenes de alta velocidad. Ya en el hotel había pedido que me escribieran el nombre de nuestro destino "Hangzhou" en chino para no tener problemas a la hora de sacar los billetes.
Una vez en la gigantesca y organizada estación me dirijo a las ventanillas de ticket office y consigo sin ningún problema comprar los billetes de ida y vuelta (77,5 Y por trayecto) a Hangzhou. A la hora de comprar el billete es necesario presentar el pasaporte ya que el mismo va a tú nombre. Nos dirigimos a la puerta de embarque y a las 10,08 en punto arrancamos hacia nuestro destino. En 53 minutos recorremos los aproximadamente 180 kms que nos separan de Hangzhou a una velocidad media de 309 kms/h.

Salimos de la estación y veo un indicador de "metro". La estación se llama Chengzhan, compro los billetes hasta Fengqi Rd Station (sólo 3 paradas), salimos, caminamos un poco y nos encontramos ya directamente en la parte Este del Lago del Oeste principal atracción turística de esta ciudad. En China existen 36 Lagos del Oeste, pero este es sin duda el más famoso.

En 2011 entra a formar parte del Patrimonio de la Humanidad. Bordeamos por su bien y cuidado paseo unos 4 kms hasta llegar a la Pagoda de las Seis Armonías construida en el 970. Su nombre tiene que ver con las predicaciones del budismo, armonía del cuerpo, de la mente, de las palabras, de las opiniones, la pobreza y la abstinencia.


Cantidades ingentes de personas de un lado para otro, unos juegan partidas de cartas, otros bailan, otros pasean, etc, etc. me encantó el lugar, paz a rebosar por todos los lados.
En las colinas que hay junto al lago se encuentran los Campos de té del Pozo del Dragón o el Long Ying Tea, se trata del té más preciado y codiciado de China, el precio de una taza de este que ellos dicen ser un manjar es de 11 euros. Debe de ser así ya que su precio es un tanto desorbitado.

Sobre las 2 de la tarde abandonamos el parque, un paseo por la ciudad donde por primera vez veo un paso de peatones en diagonal, comida ligera y volvemos a coger el metro esta vez en la estación Longxiangqiao Station, sólo dos paradas hasta Chengzhan.
Pasamos controles de seguridad y a las 15,53 regresamos a Shanghai. Otros 53 minutos y estamos de nuevo en casa, metro de nuevo hasta East Nanjing Rd y a las 19 horas estamos en la ducha.
Un viaje rápido pero suficiente para ver su principal atracción y que por supuesto recomiendo hacer esta escapada.

Nos damos una vuelta por Nanjing Road que ya está totalmente iluminada para la Navidad y a pasar nuestra última noche en este país.

Viernes 4, último día que vamos a dedicar a ir al Mercado de las Gangas de ropa y calzado. Cruzamos por el Museo Postal de Shanghai que se encuentra en la magnífica oficina de correos de construcción británica de 1924.

Llegamos al Mercado de Qipu, lugar al que acuden las masas para comprar ropa y calzado. Miles de tiendas, de ropa tirada y amontonada, calzado, relojes y todo lo que quieras pedir lo encontrarás en este lugar. Es una auténtica locura no apta para todos los públicos, agobiante, pero si eres un amante de las compras éste es tu lugar, aquí podrás pasar todas tus vacaciones.

Abandonamos ese lugar y caminando nos encontramos en el ático de un centro comercial esta noria con preciosos jardines y restaurantes de muy buena apariencia.
Comemos cerca de nuestro hotel, descansamos y por la tarde volvemos nuevamente al mercado de ropa para comprar Jesús unos plumas a sus hijos.

Y tal y como empecé esta historia, aunque con más sol, la acabo y damos por terminado nuestro viaje por esta gran urbe. Ahora daremos nuestro último paseo, nuestra última cena, prepararemos las maletas y volaremos nuevamente a casa.

Sábado 5, nos levantamos a las 7 de la mañana, ducha, desayuno y a las 7,30 salimos a coger el metro. A las 8,30 estamos en el aeropuerto, facturamos, pasamos los controles de equipaje, pasaporte y directos a la sala de embarque. Sobre las 10,15 embarcamos , esperamos casi una hora hasta que acaban de cargar combustible y despegamos abandonando Shanghai. A las 7 de la tarde y después de 14,15 horas de vuelo tomamos tierra en Barajas, vaya paliza de viaje.

Shanghai es una ciudad que me ha sorprendido muy gratamente ya que para nada me imaginaba que fuera así y que se viviera tal y como lo hacen.
Tienen una red de metro tremenda y con un funcionamiento de diez, limpio, rápido y moderno.
Trenes de alta velocidad a todos los sitios y con muchísimas frecuencias diariamente. Son muy puntuales y muy rápidos, con una velocidad media que supera los 300 kms/h.
En todas las estaciones de metro antes de pasar el tiket por los tornos, tendrás que pasar siempre tu equipaje por un scanner como los que existen en cualquier aeropuerto.
La amabilidad de sus ciudadanos llama la atención.
La comida nada tiene que ver con la que podemos comer aquí, mucha verdura, carne y pescado.
Y para terminar lo que más me ha llamado la atención es el nivel de vida tan sumamente alto que se ve y respira por todos los lados, comercios de las mejores firmas mundiales, coches de muy alta gama, joyerías con precios astronómicos, centros comerciales que quitan el hipo, autopistas a todos los lados, en fin todo lo que diga es poco.
A pesar de todo este nivel se puede comer en cualquiera de los miles de restaurantes callejeros que hay por menos de 5 euros cerveza incluida.

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