miércoles, 4 de enero de 2017

Montevideo

Miércoles 28 de diciembre, salimos en vuelo nocturno a pasar tres días a Montevideo, aunque en esta ocasión las uvas las tomaremos en el aire de vuelta a casa.

Jueves 29, para las 9,15 horas ya estamos alojados, Montse se queda durmiendo y yo me voy a correr un buen rato por la rambla hasta llegar a Punta Gorda. Entre ida y vuelta me hago unos 19 kms y llego al hotel más rojo que un tomate.
La Rambla de Montevideo es una avenida de más de 22 kms de largo que bordea la costa del Río de La Plata.

Comemos una ensalada en el centro comercial que tenemos junto al hotel, un pequeño paseo y a prepararnos para la cena.

Antes de cenar, nos tomamos primeramente unas cervezas en la Rambla y sobre las 21,30 vamos a cenar a La Perdiz. El menú lo teníamos bastante claro, unos merluza negra y otros solomillo, además de ensalada, provolone, postre y buen vino. Para terminar, una botella de cava obsequio de Silvana.
Este es un lugar en el que nunca fallas, siempre todo perfecto y con muy buen servicio.

Viernes 30, desayunamos opíparamente y nos vamos hasta el centro andando aprovechando que el día está nublado, aunque esto durará poco.
Seguimos toda la rambla, dejamos a nuestra derecha la sede de Mercosur y en poco más de una hora ya estamos en la Ciudad Vieja y con el sol apretando fuerte.

Nos acercamos en primer hasta el Palacio Salvo donde nos dan hora de visita para las 12,30 ($ 200). Como todavía faltan algo más de 20 minutos, nos acercamos a la Torre Ejecutiva de la Presidencia de la República que la tenemos a 100 metros para visitar en el hall de entrada la exposición de Olga Olivera "Recreación de la Comercial del Este" una dedicada y delicada obra artesanal a base de materiales extraídos de la naturaleza.

En la Plaza de la Independencia y a nuestras espaldas el Palacio Salvo. Foto y nos vamos para la puerta que nos toca subir a la torre y visitarlo por dentro.

El Palacio Salvo es probablemente el edificio más emblemático de la ciudad y al que los uruguayos le tienen mucho cariño.
Fue construido en 1928 y en esa época fue hasta 1935 el más alto de Sudamérica con 105 metros de altura y 27 plantas. En su primera etapa fue un hotel, actualmente hay más de 400 apartamentos y 1500 vecinos.
Ni que decir tiene que desde arriba puedes disfrutar de unas bonitas vistas de la ciudad y su maravillosa bahía.
¡¡Ahh!! y olvidaba decir que como todo Palacio que se precie, tiene su "fantasma", Don Pedro.

Descendemos poco a poco por sus majestuosas escaleras de marmol de carrara  y después de algo más de una hora salimos nuevamente a la calle.

Volvemos a entrar a la Torre de la Presidencia para terminar de ver la exposición, una fotillo con estos dos tipos tan simpáticos y a caminar un poco más hacia el mercado viejo.

Teatro Solís, el principal escenario artístico de la ciudad, fue inaugurado el 25 de agosto de 1856.

Cruzamos la Puerta de la Ciudadela y continuamos por la calle Sarandi, calle peatonal llena de puestos de venta con todo tipo de souvenirs, restaurantes, etc, y el lugar turístico más frecuentado de la ciudad.

Llegamos al Mercado Viejo, atestado de gente, con las brasas a todo gas y con un calor de muerte. Así que sin perder mucho más tiempo nos salimos a la calle y al punto donde hemos quedado con Alvaro y Ade.

Nos alejamos un poco de la zona del mercado hasta que encontramos el lugar ideal para comer un poco y tomarnos unas más que frescas cervezas.
Hace un calorazo tremendo, caminamos un poco, cogemos un taxi y nos vamos para el hotel a descansar un poco.

Después del merecido descanso, salimos a dar un paseo tomar una cerveza y terminamos cenando en el Restaurante Francis. El sitio está bien, pero creo que no le iguala ni con mucho a La Perdiz.

Sábado 31, Nochevieja, salgo sólo a caminar, llego hasta la Playa de Los Pocitos que está llena de bañistas y regreso nuevamente para el hotel.

De regreso por la rambla una foto al Castillo Pittamiglio en cuya fachada se exhibe una réplica de la Victoria de Samotracia que representa la victoria de la vida. Actualmente su propietario es la Asociación de Promotores Privados de la Construcción de Uruguay.
Llego al hotel sudando como un perro, ducha, cambio de ropa de corto a largo y a volar nuevamente de regreso a casa.

A las 14,30 despegamos y dejamos Uruguay hasta otra ocasión. Nos vamos con 30 graditos y llegamos con -3º, ¡¡que horrorrrr!!
Como a la hora de las uvas estamos en mitad del océano y dormidos, dejamos las mismas para tomarlas una vez en tierra. Así que una vez aterrizados caen las uvas y una copita de cava "Feliz Año 2017"

Una vez más me he sentido super a gusto en esta ciudad en la que creo es un lugar para vivir muy tranquilo, eso sí, lo precios están por las nubes.




1 comentario :

  1. Qué guai, Uruguay!!!
    Montevideo, cómo me gustó esta ciudad!
    Bueno...todo el país. Es divino!O.

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